Al entrar en la librería percibes que retrocedes en el tiempo: en el suelo se conservan los raíles donde transportaban los libros; grabados en los pilares los rostros de grandes hombres de las letras portuguesas, las paredes cubiertas de vetustas estanterías y mesas-expositores llenos de libros de todo tipo, en portugués o en cualquier otro idioma. Y cuando miras al frente, te encuentras con la espectacular escalera de madera, fuente de inspiración para J.K. Rowling.
Subiendo por la serpenteante bifurcación que lleva a la planta superior, descubres que hay dos pasillos llenos de libros colocados en estanterías con dibujos tallados en la madera y una pequeña mini-cafetería donde poder hacer un descanso para empaparte del encanto que nos envuelve. Coronando el recinto, la espectacular vidriera que le da una calidez mágica a todo el monumento.
Es la Librería Lello de Oporto.
Fotografía @michutrabel
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